viernes, 30 de septiembre de 2011

Mi muy querida mía



"Todo, incluso lo inaudito, ha de ser posible en nuestra existencia. Es la única valentía que se nos exige: ser valientes ante lo extraño, lo asombroso y lo inexplicable que nos pueda suceder. Que los hombres en este sentido hayan sido cobardes ha causado infinito daño a la vida (...)
Pero el miedo a lo inexpicable también ha limitado las relaciones entre una y otra persona, pues no es tan sólo la inercia, la responsable de que las relaciones humanas se repitan una y otra vez indescriptiblemente monótonas y sin renovar. La timidez se antepone a cualquier clase de experiencia no previsible que uno cree que no será capaz de afrontar, pero sólo alguien que está listo para todo, que no descarta nada, ni siquiera lo más enigmático, vivirá las relaciones con otra persona como algo vivo (...)
Tiene que pensar que algo está sucediendo en usted, que la vida no lo ha olvidado, que ella lo sostiene en sus manos, no va a dejarle a usted caer (...) Bien sabe usted que se halla en continua transición y que nada desearía tanto como transformarse."


jueves, 29 de septiembre de 2011

Nenúfar efervescente.

                                    


                                 

Siempre estuve enamorada de sus colores, de su tacto, de su olor, de su perpetua inestabilidad, de su baile armónico. 

Ellas son las diosas de los ríos, esos que van llenos de vida, esos que saben a lugares salvajes. Sigue su curso, sigue tu curso, que yo nunca dejé de seguir el mío. No quieras que te arrastre.

Y más que nunca hoy se transparenta lo que soy, hoy. No hay retorno, soy un sin retorno compulsivo. Soy taquicárdica a ratos, en realidad ese es el motor de mis gustos y mis dis-gustos. Estable en la inestabilidad y desordenada de piel para fuera. 
No decidí agradar. No pedí que me siguieran. Invité. Di. Cautivé. Di, hasta donde no se da. Asusté. Se secaron. El tiempo pasó en ellos a velocidad de la luz multiplicada por el desgaste de un agujero negro que te absorbe. Quedaron como pasas en un campo de minas. Yo, intacta. Se quedan por el camino. Vacíos. No me satisfago. Me aburro. Me doy. Nadie dijo que fuera fácil. Pero nunca sabrás cuánto merecía la pena. Doy hasta sangrar y cuando no me dan, sangran. 
Quiero irme sin salir, quiero aterrizar sin abrocharme el cinturón. 
Cuando comience a llover tierra, te darás cuenta por una nimidad que podría haber sido más pero solo se quedó en acentos. 
Y la forma de abrazar a la sinceridad que tengo puede ahogar a alguien que no tiene ganas de abrazos gratis, de dar hasta quedar hueco y tener que repostar, de beber vientos, de tragar saliva, de volar para caer y volver a despegar.
Puede que el grado de consciencia de sus actos sea proporcional al grado de bondad en sangre. 

Me quedo con ellas, sin dudarlo. Río arriba, río abajo. Nunca en el mismo lugar. Bailando por cada rincón al son de aguas bravas. 

Me duele más a mí que a ti. Vuela.  

Hoy, el aire, viene cargado de ésto. 

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Caos con mimo. Mimo con caos.



No vas a recordarte. No te vas a reconocer. Quién eres? Quién eras?.
Frente al espejo. Luz azul y gris. Qué mas da? Sólo estoy yo. Solo me ves a mí. Te miras. Me miras. Ya no existes. No estás sólo. No dejas de verme. No dejes de verme. Átame. Acércate, no todo lo que ves es cristal. No todo lo que ves es azul, gris o rojo. De colores. Estás anudándome a cada una de tus extremidades. 
No hay manchas, no hay líneas, ni rayas. Sólo nudos y lazos. Solo yo. Dónde estás? Donde fuiste?. Sí, ésto es un mensaje jodidamente subliminal. Muy dentro de mí. Siempre hay una primera vez. Me la como, no dejo ni la segunda. En línea. Me tienes en tú línea, en la mía, esa de los dos extremos. 
El caos con mimo, el mimo con caos.
Sal de aquí. Te estoy tragando. Te contienes?. Deja de clavar los dientes en el espejo. Al fin y al cabo, es solo cristal. Clávame, contenme. 

martes, 27 de septiembre de 2011

oye, que nadie va a ganarnos a vehementes.




Cuando te huelo, los poros de mi piel se dilatan, mis arrugas se estremecen, mi pelo se enmaraña. Cuando te huelo, ya sé que estoy perdida, que no hay salida, que vas a hacerme mil pedazos para más tarde encontrarme y rehacerme. La cuestión es que te huelo todo el tiempo. 

Todo cae por su propio peso, todo pesa, todo sobra. La piel me está quemando, me achicharra. La moralidad ya no tiene cabida en este (nuestro) mundo. Sin sombras, sin modales, sin límites. 

Hay dos opciones: o hacerle un nudo o desatarlo. Yo opto por ir haciendo nudos. Porque no se puede tener miedo al lado de una hoguera. Me va el fuego. Nos va el juego. 

Máxima potencia multiplicada por tres con el exponencial del ático de un rascacielos. Subo, escalón a escalón y a veces piso por piso. Sin parar. Me asomo y veo el suelo incandescente precipitándose hacia mí. Calibro cual sería el sollozo infinito en el caso de tirarme o de que me empujases. Mi egoísmo te llevaría conmigo a una caída no tan libre. 
Me niego a perderme cada detalle. El parpadear no me ayuda, me estorba. Expectante a cada sube y baja, a lo que es la obra de arte de pasar de un extremo a otro en milésimas de cuarto tercio de segundo. Porque en este mundo, todo es minucioso, exquisito, sí, incluso lo más inhóspito. 

lunes, 26 de septiembre de 2011

Peligrosamente sórdida



Cuando me despierto con un nudo marinero de doble vuelta en el estómago, busco a los lados de mi cama dónde están las rayas directrices de soluciones, dónde está la pala desenterradora de sentimientos soñados y dónde está la cuerda que enciende el motor de mis pasos para alejarme de mí. Busco atada a mis nervios dónde están esas manos que me desnudan a silencios la ansiedad. Cuando me despierto así, ya se que voy a pasarme el día saltando olas.

"Me quema lo demás, todo lo distinto a mí, tanta frivolidad. Me queman los demás. Me queman todos los demás. Y cuando estés muy sola quizás te acuerdes de esta noche y de este mal, de tu frivolidad. Y te queme todo. Quiero estar a solas, sentir que no estoy mal. Quiero estar contigo a solas y pensar que no estás tan mal"
                                 

miércoles, 21 de septiembre de 2011

desnuda.



Agua, oxígeno, tierra, raíz.
 El sol que se desgarra escondiéndose detrás de la montaña color teja. La firmeza, construir, que es cavar hasta la roca, encontrar la raíz de la existencia.
Y, la desconexión hoy no se compadece de mí.
Cuidado con lo que buscas, porque podrías encontrarlo... me decía.
La tristeza es lo fácil, es rendirse, yo prefiero bailar. 
Bah, olvídalo, sonríe, estás conmigo... te decía.
Y sobretodo, no tengo ganas de encontrarme con cualquiera.
Hoy el aire viene cargado de esto. Desconexiones. Desconexión. Desconecto, para conectarme conmigo. 


"Este es el secreto más profundo que nadie conoce: la raíz de la raíz, el brote del brote y el cielo del cielo de un árbol llamado vida que crece más alto de lo que el alma puede esperar o la mente ocultar."

martes, 20 de septiembre de 2011

Cuerdas de tender




Estoy caminando hacia mi oportunidad porque no puedo permitirme el lujo de quedarme esperándola,¿no?.
Y cada día soy más consciente de que deberíamos quejarnos por disgusto, pero lo hacemos sobre todo por gusto. Y... todo es espectáculo; inoperante, insaciable, inmoral, inaudito, inoportuno, inocuo, inmediato, inmenso, itinerario, inútil... ¿y qué?. Y tengo hipo, pero no quiero más sustos.


¡Que empiece alguna cuenta atrás! Lo que antes parecía que iba a tener sabor, se vuelve insípido, lo que parecía que iba a ser entretenido, se hace monótono y aburrido, lo que antes parecía, deja de parecer. Y solo me queda tu carne, que siempre es.


lunes, 19 de septiembre de 2011

Trampas de cristal


Nuestro corazón tiene algo de reloj: sus sístoles y sus diástoles son como minuteros.






Todavía el reloj marcaba las 07:00 de la mañana. Era un día frío y me encontraba a menos de diez centímetros de él. Ciertamente, ahora que había estado en la cumbre de algo asombroso no podía dejar que la caída fuese dolorosa, es más, no tenía ni tengo intención en caerme. 
Cada noche nadábamos entre cristales de corte fino. La piel era inmune. No había cristal que nos cortase. Nos cortábamos nosotros mismos. El cuerpo a cuerpo es lo nuestro, los cristales eran meros invitados a lo que era el espectáculo de nuestras noches. 


Con cristales y mucho corazón me dispongo a transmitir y a contagiar espíritu, sentimiento, de ese de todo tipo.
                                     
Tengo las pestañas repletas de confetis. Subiéndole las persianas al día. ¿Bailas?. Huele a teatro. Estoy retorcidamente deseosa.  
http://www.youtube.com/watch?v=rhN7SG-H-3k







Intrusiones