viernes, 26 de diciembre de 2014

Encuéntra(me)te.


La resignación llega cuando estás hasta la campanilla de tragar con la desfachatez, la opacidad, y una infinidad de cosas que en exceso provocan náuseas. Te resignas a seguir engullendo o a vomitar, desechar y cambiar de camino. 

Echo de menos las rectas donde puedes vislumbrar con más o menos claridad los arcenes. Los caminos con tanta curva marean aunque le dan bastante sentido a la vida... 

El hervidero que tengo por sangre está hambriento sentir como los órganos se retuercen y se estremecen... Ensimismada con el placer de sentir a quemarropa. Me oxido si la sangre no baila al son de torrentes. Si hay arenas movedizas yo me hundo la primera, pero por placer. 

Intrusiones