Dos. Que van de la mano, por el camino. Sentimientos encontrados, solapados, siameses.Ya sea un camino recto, con torceduras, pedregoso... uno.
El tiempo lo mueve todo; lo tensa, lo endereza, lo agita, cambia de lugar, marea...
A veces todo vuelve a su lugar de origen, diferente, pero al mismo lugar; otras veces todo se torna distinto, y no cambia nunca más de ese estado novedoso.
Si quieres mantener tu estado origen, porque lo deseas, entonces... ten el valor y la pureza suficiente para levantarte y hacer algo, agarrarlo, resguardarlo, protegerlo, cuidarlo...
El lugar correcto, tu lugar correcto, no te va a dar la felicidad que todo ser humano busca, o que tú más ambicioso que nadie quieres. Protagoniza tus sentimientos, se su medio de transporte. Estás ahogando gritos. Estás enterrando vacíos. Mueres a 1 km/h. Matas al dos a 100 km/h.
Eres piedra? La piedra tarde o temprano será polvo. Y cuando se es polvo... se vuela, incluso allí donde no se quiere estar.

El sol ya no calienta tanto. Te has fijado? Cambio de estación. Otoño. Hojas. Manzanas. Naranja. Marrón. Vacío. Egoísmo por querer todas las hojas que se caen de un árbol. Egoísmo. Por querer la mano, el camino, el uno, el solapamiento, las piedras, y sobre todo, a ti. Sí, egoísmo.

Copia

No es cuestión de tamaño. Ojala lo fuera, no? Más bien es cuestión de filtros. Cuanto más filtros más pequeño se es. Y tú a veces desapareces. No es cuestión de edad, o sí? Cuanto más edad más filtros, máscaras, adornos; en fin, complementos que vamos adquiriendo de lo que nos hubiera gustado ser, nos hubiera gustado tener... Solo unos poco viven a pelo, solo unos pocos tienen nombre, cara, y lo más importante; vida propia. Sigue creyendo que eres un ser con vida propia e independiente. Es lo que puedes hacer para sobrevivir, supervivir, a tu existencia de cartón pluma. Esa existencia que no es tuya, si no de los demás. Irremediablemente, tu crisis llegará cuando notes que los filtros que te cubren, en realidad no forman parte de ti. Cuando no sientas, cuando adquieras la máscara tipo "suicida". Ni las gafas 4x4, ni el maquillaje arcilla, ni el cerrar la boca y utilizar más la basura. Todo eso que te ha hecho sobrevivir, ya no lo hará. 
Lo peor; que jamás llegarás a hacer tal reflexión a tiempo, porque tu filtro de perfección, seguridad, originalidad, narcisismo... no te lo van a permitir. Entonces... muere y deja tu caracterización definida y de copia y pega para el siguiente. 
La tara de nuestra sociedad se hace enorme. 
No eres original, lo siento. Eres la copia 100 de la copia 9. Y las copias siguen reproduciéndose como copias que son. 
Naces y eres inerte. INERTE.

estornudos.

Olvídate de todo lo que sabes hasta ahora. Conmigo no vale nada de lo aprendido. Deshecha-lo. No soy de las del canto del jilguero, yo siempre me decanté por la nana de la tórtola. 
No encuentro puertas a mis salidas. Ni preguntas a mis respuestas. Sí, siempre fui muy rápida. Y respondo antes de preguntar. El lío no encuentra el 3 en 1 que lo deja como la seda. Dónde está el sentido del sin sentido, del ser sin ser, del hago porque me da la gana. El líquido no encuentra desagüe. El sólido no encuentra ventana. Caerse en la bañera puede ser gracioso cuando lo haces a causa de un estornudo. Cúantas cosas pueden suceder con un estornudo, con el abrir y cerrar de los ojos en milésimas de segundos... La inestabilidad de todo. Hace un año, así, hace un mes, asao, hace una semana, por allá, hace un día por aquí, hace una hora... qué? 
A veces me quedo quieta, no respiro, no gesticulo, no cierro los ojos, cuando ya están secos y queman, no trago saliva, cuando mi garganta es suela de zapato. Para que las cosas permanezcan tal cual aunque sea un rato más, solo un rato... 
El constante cambio invade mi tranquilidad. Mi tranquilidad encuentra puerta siempre. 
Quédate. Un rato más... una vida más.

Belleza eléctrica.

Eso es. A veces en lo más caótico, horroso, inhóspito... encuentras la belleza más pura, la mezcla de lo correcto, de lo vivo, bello, fresco, con lo negro que acompaña a todas las cosas. En la mezcla está la belleza. Hace mucho tiempo que deje la vaga idea de que la perfección está en la pureza de un solo elemento. 

No hay serenidad sin caos. No hay claridad sin oscuridad. No hay felicidad sin tristeza. No hay placer sin dolor. No hay algo sin el nada.

Hasta lo que nos parece que no tiene conexión alguna por la lejanía de los conceptos, va de la mano, va del cuello o de donde pille. Hay que saber la cantidad exacta de los componentes de la mezcla, más que nada por eso de los sobrantes. Y prefiero que me sobre y no que me falte. Tengo tijeras, espátula, escoba (sí, a veces soy algo bruja) pegamento, cuerda y demás utensilios para la mía.

Encontrar belleza en lo más alejado de ella. 

(Des)arme

El abandono a veces es instantáneo, de ese que no te das cuenta hasta que quieres tirar de la cuerda y atrapas aire desalado. Que de las mejores situaciones se sacan las peores conclusiones y de las peores se sacan vigas de amor. Sí, de las que te caen en la cabeza, hacen brecha, sangran y escuecen los ojos. Y si sobrevives las utilizas para tú construcción. 

Construcción. Cuidado, si te acercas corres el peligro de sufrir contusiones. No te preocupes, no serán demasiado profundas. 

Profunda. Empieza a serlo, de lo contrario cualquier bar de carretera te estará esperando con los brazos cerrados. 

Por cierto, gracias. Cuánta sonrisa se ha soltado y se ha vomitado. Yo, te aplaudo, me quito el sombrero, claro, porque aún existen criaturas a las que el tiempo no le cuesta un empujón al suelo, a las que el tiempo..., no les cuesta. 

Yo, yo estoy hecha de energías renovables. Me renuevo. Me renuevas. Y... seamos sinceros, nosotros dejamos de follar hace ya tiempo para empezar a hacer el amor incluso con las miradas.

Que el encima queda muy por debajo, que estamos en la cúspide de la torre más alta de los playmobil. Que la princesa murió hace siglos de pereza. Que la prisión es de puertas abiertas para fuera, que no para dentro. 

Que con mis silencios que no callan me hago bocadillos de pan duro y agua, mucha agua. Y comienzan a bailar mis cuerdas vocales que nunca han sabido tocar el violín.