viernes, 26 de diciembre de 2014

Encuéntra(me)te.


La resignación llega cuando estás hasta la campanilla de tragar con la desfachatez, la opacidad, y una infinidad de cosas que en exceso provocan náuseas. Te resignas a seguir engullendo o a vomitar, desechar y cambiar de camino. 

Echo de menos las rectas donde puedes vislumbrar con más o menos claridad los arcenes. Los caminos con tanta curva marean aunque le dan bastante sentido a la vida... 

El hervidero que tengo por sangre está hambriento sentir como los órganos se retuercen y se estremecen... Ensimismada con el placer de sentir a quemarropa. Me oxido si la sangre no baila al son de torrentes. Si hay arenas movedizas yo me hundo la primera, pero por placer. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014


Acostada sobre aquella cama de alfileres nacarados… tan acogedores que duelen.

Pero no contenta con estar en el lugar más cómodo y sangrante al mismo tiempo, me levanté de allí para salir de la zona de confort más fácil y vulgar. O es mentira que el lugar más fácil donde resignarse a estar es aquel en el que te acostumbras al dolor con el paso de los minutos. El coraje está en encontrar el lugar blanco y cálido. Y lo más complicado, que lo sientas parte de ti.

Cansada de estar en un lugar muy conocido por todo mi ser, me dirijo allí donde yo solía girar en torno a mí misma para no perderme. La sangre llegó al río, o fue el río el que llegó a la sangre?.

Ha sido exclusivo mientras duró. Sigo a mi lado, o dentro de mí. Porque eso es algo que nunca cambia, y si cambia tienes un serio problema. Hoy me mimo con algodones magenta. Porque pase lo que pase y sea cual sea la clase de cama en la que estés, mis grietas no dejan correr ríos. No sé si siempre estuve tan condensada o fui tan espesa, solo sé que pesa, y me gusta. Lo que pesa y cae parece ser siempre más real que lo que vuela. 
Y si vuela que sea con hora de vuelta, que no de llegada.

La espera puede significar que todo va. Le estoy cogiendo el gusto a eso de esperar, a pesar de ser siempre de acción, hay cosas que requieren espera, por el atajo no se aprecia el sabor de todos los colores. Que si los colores tienen sabor? Espera y degustarás.
Esperando puedes ver hasta como el agua se hace sangre y los cocodrilos se sienten en su salsa.

Lo que nace azul puede mutar a verde.


Material inflamable no apto para cartones. 

martes, 21 de octubre de 2014

Ellas. Nuestras. Mías.



Las miradas... esas gran infravaloradas. Ni la palabra, el olor, el tacto... Una sola de esas y me cuarteo.
Itinerarios dispares, vidas anónimas, pero las miradas son otra cosa... Me estás bebiendo a distancia.
La atracción es conexión, el camino que recorren mis ojos hacía los tuyos es la tentación más exquisita.
A veces hay miradas implacables, fulminantes... que te dejan sin aliento, sin alimento.
Hasta el iris sabe extrañar


Intrusiones